viernes, 9 de enero de 2009

Cromañon la herida que no cierra

Subo este envio de la agencia Rodolfo Walsh, porque me parece muy valioso. Es el testimonio de una sobreviviente que no se queda en el odio ni en el rencor. Plantea las cosas según su forma de ver, con la cual se puede coincidir o no. Pero lo mas importante es que la joven Ayelen, abona y riega su testimonio con su militancia solidaria " sobreviví para luchar siempre pidiendo justicia" ,una frase que explica muchas cosas a quienes tengan voluntad de entenderlas.
Sin duda Cromañon es otra forma de conformar el sujeto a desaparecer. Es parte del regreso de la triple A



Entrevista con Ayelen Stroker, sobreviviente de Cromañón



"Hay un nivel de impunidad que da asco"



"Sobreviví para ser parte de los que van buscar justicia siempre. Para luchar por que se tome conciencia de que Cromañón es algo que le puede pasar a cualquiera. Y para que se tome conciencia de que así como vivimos hoy, sino cambiamos cuestiones esenciales vamos favorecer a que haya otro Cromañón, para que algunos hijos de puta tengan más grande su cuenta en Suiza. O acaso, ¿merecemos tanta mierda y tanto dolor?", enfatizó Stroker en parte de la entrevista con nuestra Agencia.



A los 15 años le arrancaron la inocencia de cuajo. Fue la noche del 30 de diciembre de 2004 en el boliche Cromañón, cuando Aníbal Ibarra, por entonces Jefe de Gobierno de la Ciudad, y el "empresario" Omar Chabán, entre muchos otros, habían decidido que la vida vale menos, mucho menos, que la recaudación de un salón clase A, repleto, con las salidas de emergencias taponadas para evitar colados. Ella estuvo a punto de morir -como los 194 chicos que no lograron eludir la masacre, como los 10 familiares que no pudieron cargar con el dolor-, y tardó más de un año en darse cuenta de que es una sobreviviente. Aunque su sonrisa pareciera esconder esa marca, su alma la exhibe sin tapujos. Sobreviviente. ¿A cuántos argentinos les cabe el término y por cuántas exterminios distintos?

En ésta conversación, Ayelen Stroker –de ella se trata-, con una rabia que no cesa, revive aquella noche, nos habla de los responsables, no esquiva las polémicas y explica cómo, por qué y para qué sobrevivió a un aniquilamiento determinado desde el poder, silenciado por la clase política, ninguneado por casi todos los organismos humanitarios, falseado en los medios masivos y denunciado con coraje por los que aún permanecen en pie de lucha.

Ayelen (19) es, a la vez, periodista de nuestra Agencia, donde participa como docente en los talleres de periodismo que la Walsh impulsa en villas, escuelas, cárceles y agrupaciones obreras.



-¿Cuántos significados encierra ser una sobreviviente de Cromañón?

-Yo no tomé enseguida real conciencia de lo que es ser una sobreviviente. Es difícil asumirlo. En principio, lo veía como algo lejano aunque me haya sucedido a mí. Creo que pasó un año hasta que empecé a darme cuenta de lo que pasó.

-¿Qué pasó con vos?

-Nosotros nos ubicamos frente al escenario a la derecha, el peor lugar. Había dos escaleras, una va al VIP y la otra a los baños. Yo estaba abajo del VIP. Entonces vi un brazo en alto que lanzó los "tres tiros", no fue una bengala, por eso queda como una hilera marcada, y hubo una pequeña llamarada, cae algo de fuego y luego humo, la gente se abre en circulo para esquivar y como yo estaba en el peor lugar que se podía estar, nos pusimos todos contra la pared. Al toque se corta la luz, te empujan, todos queríamos salir, agarré a mi amigo de la mano, pero lo perdí por los empujones. Empecé a salir para atrás. Éramos una masa de gente. Había llamas en el piso, el olor era irrespirable, una asfixia total. Yo después soñé con ese olor. Camino y me choco contra una columna, ahí me desespero porque la columna hacía esquina. Cuando me doy vuelta veo la puerta de salida de emergencia que estaba cerrada. Yo iba caminando para ahí, pero un pibe gritó no vengan que está cerrada. Todo esto de memoria, de conocer el lugar.

-¿Nunca perdiste la orientación?

-Sí, empecé a caminar hacia la izquierda, pensando que cuando abrieran la puerta iba a aparecer una luz y caminaría hacía la luz. Ahí me desoriento, crece el tumulto, los apretones, me caigo, y al instante encima mío se caen un montón. Yo siento los cuerpos caer tuc, tuc, tuc, encima mío, estaba debajo de todo y se me paralizó todo el cuerpo menos el brazo derecho y la cabeza. Había un huequito y por él sacaba la mano. Gritaba y movía la mano y me di cuenta que era inútil, estábamos todos en la misma. Se me cansa la mano, no grito más porque me quedaba sin aire. Y solo faltaba esperar, y fue bastante.

¿Cuánto fue bastante?

-Unos 40 minutos. No podía mover ya ni el brazo derecho, me había agarrado parálisis. Yo siempre mirando el hueco, esa era mi esperanza, y en un momento un pibe se cae y me tapa el hueco y ahí me agarró la desesperación. Me dije "ya está, hasta aquí llegué, ya no voy a salir de acá". Pensaba que me iba a morir. No me podía mover, ni respirar, ya no estaba el hueco. Había una piba que estaba sentada con una pierna lastimada sobre mi cara, ella se quejaba, luego se calló, yo le muerdo la pierna para que saber si estaba viva, y se quejó. Y justo cuando pienso que listo que es el fin, ella que estaba sentada y veía más, en un momento dice "aguanten que veo a los bomberos".

-¿Qué sucedió con vos en ese instante?

-Se me hizo un clic en la cabeza para aguantar, de solo escucharla a ella me produjo eso. Aguanté, aguanté, y en un momento la sacan a ella y a otro pibe que estaba al lado mío. Pero a mi no me sacan. Y a los que tenía arriba mío tampoco. Y cuando levantan al pibe veo que se van, veo una luz, tenían un foco en la frente. Cuando levantan al chico que estaba al lado me liberan el brazo y agarro al pibe el tobillo, él se da cuenta y les avisa a los bomberos. Ellos me agarran del brazo, me tiran de los brazos para sacarme de abajo de la gente. Ahí pierdo el conocimiento y lo recobro en la calle al lado de un pibe, que no se quien es, ni nunca lo sabré, pero le estaré eternamente agradecida porque se quedó todo el tiempo conmigo, todo el tiempo que estuve afuera.

¿Pensaste que a los que no llevaban enseguida los daban por muertos?

-Si, a los que estaban encima mío los daban por muertos y a mí también. Yo me salve de pedo porque agarré al pibe, sino chau. Bueno, a mi me dejaron abajo del puente, y ahí no llegaba la ambulancia, además no podés hablar, te sale baba por la intoxicación, no tenía aire y con la pierna lastimada no podía ni moverme. El pibe me calmaba todo el tiempo, me traía agua. Yo le decía que no podía respirar y él avisa a otros pibes que con las vallas improvisaron camillas y te acercaban hasta la zona de ambulancias. Me suben arriba de las vallas, suben a otro, nos meten de a un montón en el piso de las ambulancias y escucho a los que manejaban la ambulancia que se preguntan: "bueno, ¿adónde los llevamos? "Y no se, tal hospital está completo, tal está completo". "Bueno, vamos al Italiano". Y ahí perdí el conocimiento otra vez.

-Volviendo a la pregunta inicial: ¿cuántos significados encierra ser una sobreviviente?

-Uno, es sentir una responsabilidad fuerte de hacer algo para que no se olvide, para que haya justicia. Yo tuve todo a favor para rehabilitarme rápido y todo, pero otros chicos no, entonces hay que luchar por ellos. Y ni hablar de todas las muertes, hay una responsabilidad social y personal que no quiero ni puedo evitar.

-Evidentemente, Cromañón te produjo cambios, ¿Cuáles fueron los más importantes?

Sí, ni hablar. Cromañón fue antes y un después en mi vida. Me cambió muchísimo. Cuando pasó todo tenía 15 años. Ya estaba vinculada a lo social con Proyecto Jujuy, donde íbamos a una escuela a dar y recibir solidaridad, pero Cromañón me hizo madurar de repente: tomá, esta es la realidad, y si te gusta bien y si no también. Fue un choque de brutal realidad, que me abrió los ojos mucho más, me hizo tomar conciencia. Igualmente, fue un proceso. El primer año estaba lejos de la toma de conciencia. Ni podía creer que me había pasado a mí. Era como ver una novela en la que yo no estuve. Y después de ese primer año, de a poco, pude procesar, aceptar qué si que había pasado y que me había pasado a mi, y de las consecuencias que había traído. Luego caí en un bajón total, llorar por cualquier cosa, nada me motivaba, flotaba en una nada, tuve una etapa agresividad, me peleé con mi grupo de amigos, me daba por encerrarme. Tenía un enojo terrible con la sociedad. Y después de ahí se derivó un taller social que hice en 5º año, estaba enojada con el colegio también. Había cinco chicos que habían sobrevivido y el colegio como nada si nada. Y a mi me rompía las pelotas que viniera la asistente social y me citara una vez por semana para ir a hablar y me preguntara "¿te gustaría que se hiciera algo sobre el tema?". Si ya me lo habían preguntado tres veces y no hicieron nada. Yo tenía 16 años y esperaban todo de mí. Y bueno al final, solo una profe me dijo: por qué no hacés algo con ese enojo, e hicimos un taller con un grupo de amigos. Trabajamos con los chicos de 1º año sobre la indiferencia y la violencia para no haya hechos que los tome por sorpresa, sino que sepan que hay algunas cosas que se pueden evitar.

-¿Y en qué sentís que Cromañón te desayunó, te corrió el velo?

-Me despertó mal. Un golpe. Hasta ese momento uno piensa que nunca le va a pasar a uno, es la típica de mirar el noticiero en la tele, la ves de afuera aunque te duela. Me desayunó respecto del nivel de exposición constante de nuestras vidas por la avidez de ganancia caiga quien caiga. Pude ver las posturas, ver como protegían a Aníbal Ibarra, ver como estaban unidas la corrupción política y la empresarial. Y a la vez, me nació un compromiso más profundo, más real, menos lejano, menos ajeno, cada cosa que pasa, también me pasa a mí.

-¿Te preguntaste por qué sobreviste?

-Miles de veces. Y no se bien, creo que por la fuerza de querer vivir.

-Hubo un momento en que te habías entregado…

-Si, fue un momento. Pero hay cosas extrañas, energía que no puede explicarse, solidaridad que te llega de la gente que te ama, que por ahí no estaban ahí conmigo, pero estaban pensando en mí, de algún modo esa fuerza llega. Uno no las ve, pero están. Y en esos momentos los pensás, los sentís. Son situaciones que vos crees que vas a actuar de un modo, pero te sale otro. Yo nunca pensé que iba a actuar como lo hice. Sentí la solidaridad del pibe que nunca veré, de pibes que estaban adentro que entraban y salían sacando a otros, una vez, otra vez, otra, hasta que alguno no salió más, todo por un impulso de solidaridad. Eso creo que me hizo vivir.

-¿Conocés el estado de la mayoría de los sobrevivientes?

-El estado es diverso, hay de todo. Están los que tomamos real conciencia y estamos muy comprometidos en la movida. Están los que nunca pudieron procesar el hecho. Hay chicos que siguen en tratamiento. Tengo muchos amigos que estuvieron y nunca fueron a un tratamiento. Hay consecuencias físicas en muchos. Y hay un montón de anónimos, que ni le dijeron a sus familias y tal vez ni a se lo dicen a sí mismos. Otros no pueden hablar del tema. Y esa es otra deuda pendiente.

-¿A quienes responsabilizás de lo ocurrido?

-A Levy, el dueño del local, a Chabán que lo usufructuaba y hacía cuanto quería. La Sociedad Lagarto que también era dueña del local. A Ibarra y a todos los funcionarios que estaban a cargo de las habilitaciones y de las verificaciones. Argañaraz, maño derecha de Chabán. La policía que aceptaba coimas y no eran tres nada más, eso es una hipocresía. Callejeros, si bien todos los de la banda no tienen el mismo grado de responsabilidad, todos tienen alguno. Al Estado, que no estuvo a la altura de semejante desastre: bomberos, Same. Si no hubiese sido por algunos pibes y vecinos, hubiese muerto mucho más gente, las deficiencias de los hospitales públicos. Sucede que hay una dinámica capitalista que mata y después trabaja para la impunidad. Es atroz esa complicidad. Y paralelamente al juicio más conocido, hay otros juicios pero igual no se abarcan todos los niveles de responsabilidad. Nosotros vimos que destituyeron a Ibarra y ahora es funcionario de nuevo, sigue en el poder. Hay un nivel de impunidad que da asco.

-Vos incluís a Callejeros dentro de los responsables y algunos padres y sobrevivientes no lo hacen, ¿Cuál es tu argumentación?

-Sí, es muy polémico el tema. De hecho yo lo discuto con mis amigos, a todos nos gustaba Callejeros. Lo pensé mucho. Antes no afirmaba lo mismo, fue parte del proceso que te contaba. Para mi tiene una gran responsabilidad. Si yo tengo una banda y voy a tocar a un lugar, soy responsable por las condiciones que yo le ofrezco a mi gente. Ellos habían hecho un Excursionistas, anterior a Cromañón, y fue muchísima gente, muchas bengalas. Después de eso, hacer Cromañón es una inconsciencia porque se sabía que iban a llevar una bocha de gente. Pero lo hicieron porque Chabán les pidió cerrar el año así. No solo eso, sino que la seguridad estaba a cargo de Callejeros, eran parte del control de las entradas. Ellos hacían pasar bengalas, porque entraban sus dos barras gratis, y a ellos no los iban a revisar. Y es una responsabilidad compartida con los dueños del boliche: La policía encontró, el 1 de enero, en la casa de Argañaraz –mano derecha de Chabán- una bolsa llena de pirotecnia, bengalas y tres tiros. Y el dijo que era por fin de año. ¿Quién puede creerle? Se sabía que había problemas entre las dos barras que hacen el aguante de Callejeros: Fondo no Fisura y La Familia Piojosa. Esto pasa en todas las bandas, no solo en Callejeros. Y cuanto más fiesta hacías, cuanto más bengalas tirabas era como que tu banda tenía más renombre.

-Están quienes opinan, sin quitar la responsabilidad penal de nadie, que existe en parte de la sociedad una cultura que deprecia la vida, que se expresa, por caso, en las canchas, recitales y otros ámbitos…

-Si, hay una violencia instalada y fomentada por los medios que es innegable. Vos prendés la tele y ves: un menor mata a tal, otro asesina a tal. Yo soy futbolera, y veo que para los medios es más importante la patada que el gol. Así, se enfoca la violencia de un modo superficial, sin analizar causas, orígenes, que termina fomentando lo que parece denunciar. Y en una sociedad como la nuestra, donde el hecho violento por excelencia es que algunos tienen mucho y muchos no tienen nada, partiendo de esta sociedad sobre bases injustas y violentas es seguro que se van a generar más violencias, algunas irracionales.

-Después de Cromañón, ¿seguiste yendo a recitales?

-Sí. Durante dos meses no pude, pero apenas me rehabilité lo que hice fue ir a un recital.

-¿Se volvieron a tirar bengalas?

-En algunos si, cuando fui a ver al Indio Solari, en la cancha de fútbol cuando voy a ver a San Lorenzo. También en La Renga y en Las Pelotas, pero ellos pararon el recital, lo cual me pareció muy buena actitud.

-¿En qué consistió tu rehabilitación?

- En aprender a respirar de nuevo. En volver a recuperar la capacidad pulmonar, aflojar toda la mierda que se había quedado pegada en los pulmones, que es como un alquitrán, kinesiología para ayudar a largar. Cosas así.

-¿Qué huellas te dejó?

- Huellas en el alma: fantasmas, miedos, cada vez que se toca el tema –el mismo que tocó Callejeros cuando empezó el desastre-, no solo no lo puedo escuchar sino que siento que algo se rompe adentro, se me vienen todas las sensaciones. A veces siento que nadie va a entender de qué se trata y de que en un punto estás solo. Yo recibo solidaridad y esa energía de la que te hablaba, pero en ocasiones siento una soledad y un abandono terribles. Y después: tics, claustrofobias, no puedo ir en esos ascensores nuevos, la sensación de que se te tiran todos encima me asfixia, cuando voy a un lugar miro todo el tiempo dónde está la salida, los matafuegos, los carteles de emergencia, para ver como salgo, no lo pienso, me sale así.

-¿Tenés esperanza de que se haga justicia?

-Las esperanzas no se pierden. Pero a mi no me alcanza este juicio. No creo que se alcancen las condenas que merecen todos los que las merecen. Ibarra y Levy ni están citados a declarar ni imputados. Esa impunidad te da furia. Ya van 204 vidas y no les va ser fácil que olvidemos aunque lo intenten.

-¿Te referís a quienes pretenden desinstalar el tema?

-Hay gente que dice fue mala leche, fue un accidente, no podía haber sido otra cosa. No fue ningún accidente. ¡Las bolas, fue un accidente! Esto era algo que estaba cantado que iba a pasar. Se lo habían dicho a Ibarra antes y él hizo oídos sordos, hubo 15 alertas por escrito y desmanteló a los inspectores, y fue parte de la corruptela. Y parte de la sociedad lo acepta, lo vota, sus amigos políticos hacen alianzas y lo blanquean y así estamos.

-¿Buscaste, encontraste, existe un "para qué" sobrevivir?

-Si yo creo que existe.

-Vos, ¿para qué sobreviviste?

-Sobreviví para ser parte de los que van buscar justicia siempre. Para luchar por que se tome conciencia de que Cromañón es algo que le puede pasar a cualquiera. Y para que se tome conciencia de que así como vivimos hoy, sino cambiamos cuestiones esenciales vamos favorecer a que haya otro Cromañón para que algunos hijos de puta tengan más grande su cuenta en Suiza. Ser sobreviviente es asumir esa responsabilidad, y no se trata solo de los boliches. En mi facultad se cayó una viga no mató a nadie de casualidad. En Marcelo T. (otra facultad) se cortó la luz y había gente discapacitada bajando desde un cuarto piso por escalera. Todo el tiempo en todo el país, las cosas funcionan así y la sociedad tiene que asumirlo y cambiarlo.O acaso, ¿merecemos tanta mierda y tanto dolor?

Oscar Castelnovo
Agencia Rodolfo Walsh

jueves, 8 de enero de 2009

Viejos males. nuevas formas de exterminio






Argentina:
Pobreza, violaciones ambientales y la vuelta de viejas enfermedades

Leishmaniasis, leptospirosis, dengue, mal de chagas y hasta fiebre amarilla, enfermedades que aunque superadas en la técnica, ha vuelto al acecho en los últimos años, en paralelo a la expansión de los programas de vacunas y olvidadas recomendaciones al ciudadano. Señales que coinciden sin embargo, en dos puntos: pobreza y violaciones ambientales.

La Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud Carlos Malbrán, en su Plan Estratégico 2008-2011, informó que dada la creciente heterogeneidad de la población argentina y las elevadas tasas de pobreza, las provincias propenden al riesgo sanitario.

Es que aunque coexisten en el país problemas de salud similares a la de países desarrollados, predominantes en sectores de medios y altos ingresos, enfermedades infecciosas de importancia afectan a las clases desposeídas.

Por ello, según la Administración, si bien los indiciadores indicadores sanitarios ha mejorado respecto de las décadas pasadas, en los últimos años han emergido una vez más enfermedades infecciosas creídas superadas.

Infecciones

En todo el país, unas 2.5 millones de personas padecen de la enfermedad de Chagas –Mazza; en Corrientes casi mil personas se tratan por ella. En agosto pasado, una familia completa con ese mal fue notificada en Stella Maris a pocos kilómetros de Goya.

En tanto, la semana pasada, el Ministerio de Salud Pública debió reforzar reforzó los operativos sanitarios en las localidades lindantes a la provincia de Misiones y con otras naciones, para evitar que la fiebre amarilla se expanda por los pueblos de la costa correntina.

Sin embargo esta no fue la única enfermedad que convocó al alerta a las autoridades sanitarias en los últimos meses. Hasta octubre, Corrientes registraba 91 casos de perros infectados por leishmaniasis, 72 de ellos sólo en Ituzaingó.

Alteraciones en el hábitat

Especialistas epidemiólogos indican que la vuelta de muchas de estas enfermedades tienen causa en alteraciones que sufre el hábitat humano, como consecuencia de desmontes, sequías, inundaciones y el aumento de la temperatura.

Esto incide en el avance de enfermedades tropicales y en la reproducción veloz de insectos y roedores, que actúan como agentes transmisores de enfermedades. Los mosquitos, por ejemplo, se hacen cada vez más resistentes a las fumigaciones.

Sin embargo, el control sanitario urbano también es cuestionado. Suciedad o el contacto diario de las personas con la basura, la falta de agua potable para vastos sectores de la población y la precariedad de las viviendas y los servicios también forman un contexto adverso a la contención de los virus.

Pobreza

Según un artículo editorial publicado por el Jorge Osvaldo Gorodner Titular de infectología de la Universidad Nacional del Nordeste, director investigador del Instituto de Medicina Regional, la pobreza y el hambre son elementos concurrentes de alta significación para la permanencia de las enfermedades infecciosas.

"La desnutrición es un indicador de la magnitud del problema, además de otros factores, como la indigencia, la ignorancia, las falencias sanitarias y los cambios ambientales", sostienen el especialista.

El mes pasado, la Municipalidad de Corrientes reveló que de las 343.833 que habitan la capital correntina -el 40% del total provincial-, el 56.1% viven bajo la línea de pobreza, y el 24.6% no sortea siquiera la línea de indigencia. En tanto, existen al menos 4 mil niños desnutridos

"La desnutrición en su mayoría es consecuencia de la pobreza. Los niños desnutridos tienen mayores posibilidades de morir por diarrea, neumonía y enfermedades parasitarias o tender al padecimiento de enfermedades crónicas", dice el especialista.

Fuente Argenpress
http://www.argenpress.info/2009/01/argentina-pobreza-violaciones.html

martes, 6 de enero de 2009

El regreso de la Triple A

Argentina: Gatillo fácil las 24 horas, haciendo guardias privadas o de franco
CORREPI

Las fuerzas de seguridad que prestan servicio de guardia en defensa de la propiedad privada de empresarios, desempeñan sin diferencia su tarea represiva contra la población mediante las ejecuciones sumarias, a cambio de un sueldo adicional.

La semana pasada, un subteniente de la comisaría tercera de Tigre, uniformado y con su arma reglamentaria, que viajaba en un vehículo de apoyo de un camión repartidor de cerveza, ejecutó de dos tiros a un joven de 25 años cuya identidad no fue difundida. En el lugar del hecho, con la intervención de la jefatura departamental conurbano norte, "apareció" una pistola 7.65 que no había sido disparada. Suficiente para que el subteniente fuera liberado por el titular de la fiscalía 1 de San Fernando.

El mismo día, en una bodega de Luján de Cuyo, Mendoza, su vigilador disparó e hirió de muerte a Gustavo Adrián Orozco (37), cuyo cuerpo fue encontrado en la zona de viñedos, ante lo que se difundió como un presunto asalto, pese que según las fuentes consultadas por la edición digital Los Andes On Line "aseguraron que en el momento del frustrado atraco no había en el establecimiento dinero en efectivo ni elementos de valor que los ladrones pudieran cargar a pie.".

En Floresta, en la noche del 19 de diciembre, un comisario de la policía federal, cuya identidad no trascendió, mató a un hombre de 48 años en la puerta de su garage ante un presunto intento de asalto. Fácil fue para el jefe policial contar con la pronta asistencia de la cría. 43ª y de un arma calibre 9 mm en el lugar, sin percutar. Salvo la víctima de la ejecución sumaria, nadie resultó ni con un raspón, por lo que las versiones de persecución o tiroteo contra tres o cuatro sujetos más, según los diarios, quedaron en contradicción.

El martes siguiente, en la puerta de su casa, en Villa García, Lomas de Zamora, un ex policía federal, ejecutó de un disparo con su arma reglamentaria a un hombre que manejaba un vehículo, en el que presuntamente huía, luego de intentar arrancarle el bolso a la cuñada del policía. Destacaron los diarios, en la versión oficial, que el ex federal se identificó como policía y dio la voz de alto, corrió a la par del automóvil del presunto ladrón y le disparó. La fiscalía de turno consideró que la versión del homicidia sobre un "ademán de disparar" del conductor del rodado era suficiente para dejarlo en libertad.

La práctica del gatillo fácil en todo nuestro país se reproduce con policías que las 24 horas del día, tienen "la mejor puntería del mundo". Con la ayuda de sus compañeros de fuerza que asisten al lugar, aprovechan armas plantadas que ni siquiera fueron disparadas y medios de prensa que difunden la versión de enfrentamientos y asaltos multitudinarios, plagada de contradicciones, sin que ni el asesino ni terceros resulten con un raspón. Con la intervención del poder judicial como corolario, que cuando se trata de un integrante de las fuerzas de seguridad, pagado por empresarios o de franco de servicio, lo mismo da, lo deja en libertad con su propia declaración.

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domingo, 4 de enero de 2009

Acerca de la Triple A nota de pagina 12


Un fiscal pidió convertir la investigación sobre la Triple A en una megacausa
El terror antes del terror
El expediente abarca actualmente doce crímenes pero podría extenderse a 628, más 40 historias de amenazas de muerte.
José López Rega comandaba la organización terrorista Triple A.Por Irina Hauser
El fiscal federal Eduardo Taiano pidió ampliar los alcances de la investigación judicial sobre la Triple A, a casi 700 casos de secuestros, asesinatos, desapariciones, amenazas y atentados cometidos por esa organización terrorista entre 1973 y 1976, en pleno gobierno constitucional. Si el juez Norberto Oyarbide acepta el planteo, el viejo expediente que abarcaba sólo 12 crímenes pasaría a convertirse en una megacausa y podría tener un nuevo impulso después de varios meses de parálisis. El extenso documento de la fiscalía propone una lista de 80 medidas de prueba que, además de requerir datos puntuales e infinidad de declaraciones testimoniales, sugiere convocar a la Universidad de Buenos Aires para realizar una pormenorizada reconstrucción histórica de los hechos y hacer una “convocatoria a la población” a través de los medios para que aporte información.

Hace tres años circulaban fuertes rumores de que algunos hombres de la Triple A llevaban, reciclados, una vida de lo más apacible aquí y en algún otro lugar del mundo. A fines de 2005 el fiscal Taiano pidió la reapertura del expediente, originado en 1975, sobre los crímenes de la banda paraestatal que operó durante el gobierno de Isabel Perón con el argumento de que involucraba delitos de lesa humanidad, que no prescriben. Oyarbide tardó un año en darle la razón. Lo hizo cuando una investigación del diario El Mundo de España descubrió que el ex subcomisario Rodolfo Almirón, uno de los jefes operativos de la organización, vivía en un pueblito de Valencia.

El juez encontró, entre el papelerío, que había un pedido de captura contra Almirón pendiente desde 1984. En poco tiempo ocurrió lo impensable: Almirón fue detenido en España y luego extraditado (ver aparte); el efecto se trasladó a sus antiguos compañeros de andanzas vinculados a la custodia de José López Rega y de Isabelita. Su ex suegro, el comisario Juan Ramón Morales fue visto tomando aire en su balcón en Palermo y fue apresado. Otro policía, Miguel Angel Rovira acabó entregándose. Estaban acusados de una decena de asesinatos, que habían dado lugar a la primera causa judicial, entre ellos el del diputado Rodolfo Ortega Peña y el del ex subjefe de la policía bonaerense, Julio Troxler. Su Señoría imputó a la propia viuda de Juan Domingo Perón, aunque España no quiso extraditarla. Y permanece prófugo Felipe Romeo, ex director de El Caudillo, órgano de difusión de la Triple A.

El envión que recuperó el tema, hizo que múltiples organismos de derechos humanos, gremios, partidos políticos y personas sueltas se presentaran ante la Justicia con datos sobre crímenes de la AAA (Alianza Anticomunista Argentina), atentados a locales partidarios y pedidos de esclarecimiento puntuales. Pero la investigación propiamente dicha tuvo pocos movimientos, pese a que la Cámara Federal confirmó en marzo último que los asesinatos, privaciones de la libertad y otras aberraciones de la organización que lideraba López Rega son delitos de lesa humanidad, cometidos desde el aparato del Estado, que no prescriben y es obligación para el país reconstruirlos e identificar a los responsables de acuerdo al derecho internacional.

Taiano elevó su nuevo dictamen a Oyarbide el 30 de diciembre. Allí recoge la mayoría de los casos planteados a lo largo de los últimos dos años y que, junto con denuncias que ya habían sido presentadas a partir de mediados de los setenta, suman 628 crímenes más 40 historias de amenazas de muerte. Según el fiscal, por ahora el juzgado debería mantener un criterio amplio e incluirlos a todos. Son crímenes ocurridos en Capital Federal, provincia de Buenos Aires (conurbano bonaerense, Mar del Plata, Bahía Blanca, La Plata), Santiago del Estero, Córdoba, Entre Ríos, Mendoza, Santa Fe, Salta, San Luis, Tucumán y Jujuy. A través de libros, otros expedientes judiciales, diarios de la época y testimonios, en la fiscalía reunieron datos sobre lo ocurrido a unas 300 víctimas.


Cientos de historias

La lista actualizada, a la que accedió Página/12, que Taiano intenta incorporar, abarca algunos hechos conocidos, como el asesinato del cura Carlos Mugica, ocurrido en la puerta de la capilla de San Francisco Solano, cuando acababa de dar misa el 11 de mayo de 1974, y en el que algunos testimonios señalan la posible participación de Almirón. Aparecen, a su vez, los dos atentados sufridos por el dirigente radical Hipólito Solari Yrigoyen, el primero de los cuales destrozó sus pies con una bomba colocada en su automóvil. Aquel ataque, el 21 de noviembre de 1973, fue asumido por la Triple A y es considerado en la causa penal como punto de inicio de sus acciones. También se detallan los homicidios del ex vicegobernador de Córdoba Atilio López y su amigo y subsecretario de hacienda Juan José Varas. Hay referencias a decenas de muertes de dirigentes y militantes sindicales, universitarios y de partidos de izquierda.

El documento avanza sobre la coordinación represiva que existía años antes del golpe de 1976 con países como Uruguay y Chile. Por eso destaca el testimonio que dio en agosto de 2007 el uruguayo Antonio Viana Acosta, un dirigente tupamaro que relató que fue detenido en Buenos Aires en febrero de 1974 por un comando conjunto de militares, policías uruguayos y argentinos. Fue llevado a Coordinación Federal y pasó por las cárceles de Devoto y Caseros. En sus interrogatorios –donde se lo sometió a torturas– participaron, dijo, la Policía Federal y miembros de OCOA (Organismo de Coordinación de Operaciones Antisubversivas) Uruguay. Terminó trasladado al país vecino, donde pasó casi ocho años más detenido. Su relato evidencia el sustento estatal que tuvo la Triple A. En sentido similar es mencionado por Taiano el asesinato en Buenos Aires del general chileno Carlos Prats y su esposa.

Las amenazas de muerte de la Alianza Anticomunista citadas en el dictamen estuvieron dirigidas a personalidades del ámbito de la cultura. Taiano sugiere que sean citados como testigos. Menciona a Luis Brandoni, Nacha Guevara, Mercedes Sosa, Norman Briski, Horacio Guarany, Alfredo Alcón, Roberto Cossa, Federico Luppi, Inda Ledesma, Víctor Laplace, Luisina Brando, Tomás Eloy Martínez, Marilina Ross, entre otros.

El texto de Taiano recuerda que a partir de 1973 “se consolidó un brutal y sistemático aparato represivo que con el accionar de la Triple A buscó aplastar los conflictos sociales” y “desactivar las redes de solidaridad”. En él confluían, describe, “actores provenientes de la dirigencia gremial, agrupaciones de derecha y de grupos pertenecientes a distintas fuerzas de seguridad”. “Esta organización, digitada desde el Ministerio de Bienestar Social –a cargo de López Rega– fue uno de los mecanismos represivos empleados para disciplinar a la sociedad. A esos fines, no se dudó en arremeter contra todas aquellas expresiones democráticas que manifestaran su disconformidad procedentes de cualquier sector”, entre los que cita “representantes villeros, de la cultura, las artes, periodistas, peronistas, comunistas, radicales”. La organización terrorista, repasa, difundía “sus amenazas, lo cual instalaba el terror y provocaba el aislamiento de sus víctimas”. Su “marca registrada”, agrega, consistía en “exhibir los cuerpos torturados, destrozados” luego de matar. Por ahora, en una resolución aparte, Taiano recomendó devolver a Mar del Plata las actuaciones sobre los crímenes adjudicados a la Concentración Nacionalista Universitaria (CNU). Si bien integraba la Triple A –señaló– no surge por lo pronto que tuviera un lazo de dependencia directa ni siguiera sus órdenes. También dejó afuera los hechos comprendidos en la llamada Masacre de Ezeiza, la matanza desatada el 20 de junio de 1973 en la marcha para recibir a Juan Domingo Perón, donde comenzó a visualizarse la alianza entre la derecha peronista y la no peronista que consolidaría y extendería su poder a partir de entonces.


Horizonte complejo

López Rega murió en la cárcel en 1989, donde estaba preso por los crímenes de la Triple A, pero no llegó a recibir condena. La calificación de aquellos homicidios como delitos de lesa humanidad abrió una oportunidad histórica para desentrañarlos y juzgarlos. El dictamen de Taiano apuntaría en ese sentido, con toda la complejidad que a la vez implica el desarrollo de una megacausa sobre hechos tan antiguos. Como medidas de prueba novedosas –las primeras importantes en el expediente– propuso recopilar todos los expedientes judiciales dispersos sobre estos crímenes, los registros de ingreso a la Superintendencia de la Federal (ex Coordinación) y a las cárceles de Devoto y Caseros, los de entrada al país de cerca de una decena de militares uruguayos, pidió los legajos de la policía de los imputados, la nómina de todos los empleados de Bienestar Social.

También planteó la necesidad de un estudio histórico detallado que sea encargado a la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Precisar qué agrupaciones de derecha y miembros de fuerzas de seguridad conformaron la Triple A podría llevar a ampliar la lista de imputados. Por ejemplo, uno de los testigos de la causa, Carlos Petroni, viene apuntando con insistencia al líder de la CGT Hugo Moyano. Si el juez Oyarbide avala el dictamen, también habría una convocatoria abierta para que aporte información todo aquel que la tenga.

jueves, 1 de enero de 2009

urgente la corte ordeno detener desmontes

La corte suprema de justicia de la nacion ordena al gobierno de salta detener los desmontes en esa provincia cosa que no es mas que cumplir con la ley de bosques aprobada por el congreso y nunca puesta en practica ni por el gobierno nacional y mucho menos por los gobiernos provinciales.


La Corte ordenó al gobierno de Salta frenar desmontes en el norte provincial

Fue a pedido de un grupo de comunidades indígenas y de productores


La Corte Suprema de la Nación ordenó al gobierno de Salta detener los desmontes en el norte de la provincia, que había autorizado en el último trimestre de 2007. Los siete ministros firmaron la medida cautelar a pedido de un grupo de comunidades indígenas y de productores criollos. Ahora, ambas partes deberán explicarse en una audiencia pública, el 18 de febrero de 2009.

En la creciente tala de bosques nativos, en gran parte, reemplazados por cultivos de soja, Salta es la provincia que más afiló las motosierras: 414.934 hectáreas entre 2002 y 2006, un 113,45% más que entre 1998 y 2002.

En su demanda ante la Corte, las comunidades aborígenes destacaron que entre 2004 y 2007, la Secretaría de Medio Ambiente de Salta avaló 191 de los 195 pedidos de desmonte, por un total de 807.509 hectáreas de bosque.

En 2007, mientras las organizaciones ambientalistas reclamaban la sanción de la ley de bosques, y recogían el apoyo de casi un millón y medio de firmas, los legisladores salteños encabezaron las demoras en el tratamiento y las negociaciones para ablandar las restricciones a los desmontes. Ese último trimestre se aceleraron las autorizaciones.

La ley, sancionada el 28 de noviembre de 2007, frena por un año a la deforestación, hasta tanto un ordenamiento territorial determine qué se puede talar y qué no. Pero el borrador de la reglamentación está estancado desde julio pasado en la Jefatura de Gabinete.

Entretanto, los legisladores salteños debatieron y aprobaron, el 17 de diciembre último, una ley de ordenamiento territorial seriamente cuestionada por los ambientalistas. Ese mismo día, varias comunidades indígenas y la Asociación de Pequeños Productores del Chaco Salteño recurrieron a la Corte Suprema de la Nación: pidieron anular los permisos, recomponer los ambientes dañados y, de no ser posible, pagar indemnizaciones.

Pese a que la Procuración General consideró que la demanda debía ser resuelta por la Justicia salteña, la Corte en pleno hizo lugar al amparo, por entender que le corresponde "buscar los caminos que permitan garantizar la eficacia de los derechos (...), sobre todo cuando están en juego garantías constitucionales".

Tras constatar "la posibilidad de perjuicios inminentes o irreparables", los ministros ordenaron el cese provisorio "de los desmontes y talas de bosques nativos en los departamentos de San Martín, Orán, Rivadavia y Santa Victoria", autorizados en el último trimestre de 2007. Esto, sin perjuicio de que, en el futuro, se pueda determinar que otros desmontes también afectan a esas comunidades.

El 18 de febrero, sus representantes deberán dar detalles ante la Corte. Al gobierno de Salta le tocará dar explicaciones.

Clarín
Martes 30 de Diciembre